El origen del Cristo de Monteagudo, se remonta a 1921 y la sociedad murciana se volcó en realizar donaciones económicas y aportaciones voluntarias. El 31 de octubre de 1929 fue inaugurado el monumento, obra del escultor murciano Antonio Nicolás. Pero en 1936, ya iniciada la Guerra Civil, el Ayuntamiento de Murcia, entonces del Frente Popular, ordenó la destrucción de la estatua.
En el marco de una fiesta multitudinaria protagonizada por los vecinos de la huerta de Murcia, en 1951 fue restaurada en su actual versión, obra de Nicolás Martínez Ramón.
La historia evidencia que el Cristo de Monteagudo, lejos de representar una imposición por las autoridades eclesiásticas, fué una iniciativa surgida de la sociedad murciana, producto del empeño de nuestros antecesores.
Con el paso de los años se ha ido convirtiendo en una de las señas de identidad de Murcia y en símbolo indispensable del patrimonio histórico, cultural y artístico de la ciudad, y como tal muy querido por los murcianos de toda condición. Sencillamente, Murcia no podría concebirse sin su Cristo de Monteagudo, sin esa gigantesca escultura que, majestuosa, se cierne sobre la zona norte de la ciudad.
Pero tenía que entrar en escena José Luis Mazón y una asociación de 'juristas' encabezada por el , queriendo imponer sus prejuicios y sus fobias a toda la sociedad murciana, y haciendo usos de argumentos basados en el más rancio anticlericalismo.
Pero la sociedad murciana, una vez más a la altura de las circunstancias, ha reaccionado con prontitud y de forma masiva pero serena contra este inadmisible ataque a uno de sus más importantes iconos.
Los socialistas murcianos, se han apresurado a desmarcarse de la misma; sobre todo, por la cuenta (electoral) que les trae.
El Cristo de Monteagudo ha acabado siendo una nueva víctima de esa intolerante ola, más que 'laicista', anticristiana, que, promovida irresponsablemente por el PSOE de Zapatero, pretende hacer tabla rasa de nuestros orígenes y nuestra tradición, poniendo en duda la libertad religiosa y de culto consagrada por el artículo 16 de nuestra Constitución, borrar de la vida pública cualquier símbolo o vestigio relacionado con el cristianismo. De aquellos polvos vienen estos lodos.
Permitimos velos, burka y signos claros de otras religiones, que ademas nos exigen que los aceptemos como claro ejemplo de tolerancia y talante y queremos destruir los nuestros a toda costa.
Que será lo próximo, tirar las Catedrales y las iglesias o quemar los santos.
Como me recuerda esto a tiempos pasados, será la memoria historica tan mencionada en la era ZP. No se.Pero porque perdemos el tiempo y nuestra inteligencia en destrozar a los que no piensan como nosotros.¿Es que no hay cosas mas importantes que hacer?
Dios mio en que sociedad vivimos
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